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Frebin se pronuncia ante intento de "reforma" de la Locti

Frebin se pronuncia ante intento de "reforma" de la LoctiLa Locti tiene por objeto dirigir la producción científica y tecnológica, y sus aplicaciones, con base en el ejercicio pleno de la soberanía nacional, la democracia participativa y protagónica, la justicia y la igualdad social, el respeto al ambiente y la diversidad cultural, mediante la aplicación de conocimientos populares y académicos

El Frente Bolivariano de Innovadores, Investigadores y Trabajadores de la Ciencia -Frebin-, es un movimiento social integrante activo del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar con presencia a nivel nacional en universidades e institutos de investigación; empresas de producción estatales, de propiedad social y privadas; instituciones de la Administración Pública Nacional, gobiernos regionales y locales; movimientos sociales asociados a la ciencia, la tecnología, la innovación y el ecosocialismo; asociaciones de productores agropecuarios y redes de creadores culturales, entre otros.

Por este medio nos dirigimos al pueblo de Bolívar y de Chávez, y muy especialmente a la comunidad nacional que hace vida en los sectores de ciencia, tecnología e innovación, con el fin de alertar sobre la perversa iniciativa que sectores de la Asamblea Nacional adeco-burguesa intentan promover a los fines de “reformar” la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación –Locti- promulgada en el año 2010 y reformada parcialmente en el año 2014.

Dicha “reforma” no es otra cosa que el desmontaje total del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y su plena entrega a unas pocas manos privadas, en una nueva arremetida neoliberal en contra de nuestra Constitución y el Estado Social de Derecho y de Justicia que como militantes de la causa bolivariana hemos jurado defender a como dé lugar.

Empleados serviles del sector empresarial trasnacional enemigo de la Patria (que ahora se disfrazan de diputados y diputadas) están impulsando una “reforma” de la Locti que no solo vulnera los intereses de la Nación, sino que viola abiertamente el mandato constitucional votado por el pueblo. Recordemos que nuestra Carta Magna indica claramente en su Artículo 110 lo siguiente:

“El Estado reconocerá el interés público de la ciencia, la tecnología, el conocimiento, la innovación y sus aplicaciones y los servicios de información necesarios por ser instrumentos fundamentales para el desarrollo económico, social y político del país, así como para la seguridad y soberanía nacional. Para el fomento y desarrollo de esas actividades, el Estado destinará recursos suficientes y creará el sistema nacional de ciencia y tecnología de acuerdo con la ley. El sector privado deberá aportar recursos para los mismos. El Estado garantizará el cumplimiento de los principios éticos y legales que deben regir las actividades de investigación científica, humanística y tecnológica. La ley determinará los modos y medios para dar cumplimiento a esta garantía”.

Así pues, la letra constitucional es, como nunca antes, letra viva y sobran los ejemplos que a diario lo demuestran. Gracias a la Locti se han organizado cuatro congresos nacionales de ciencia y tecnología, visibilizando no solo el trabajo del sector académico, sino al grueso número de innovadores y tecnólogos populares que a diario aportan a la solución de problemas en el seno de las comunidades. A estos congresos se suman sus respectivos encuentros regionales, así como constantes convocatorias a diversas modalidades de apoyo y financiamiento que han permitido fortalecer las capacidades de investigación y producción de muchas instituciones que vieron cómo la Cuarta República las fue desmantelando y desatendiendo.

Venezuela tiene hoy por hoy el mayor número de investigadores e innovadores registrados y activos por número de habitantes de su historia; así como una inmensa matrícula de estudiantes universitarios jamás antes pensada, los cuales se benefician directamente de iniciativas como el Proyecto Canaima Educativo que produce y entrega computadores personales y tabletas sin costo alguno, para coadyuvar al éxito de nuestra juventud universitaria. Además, los millones de “Canaimitas” entregadas a estudiantes de Educación Primaria con Software Libre y contenidos completamente desarrollados por venezolanos son otro logro inédito de la Locti.

También lo es el Proyecto Satelital, que ya tiene en órbita dos satélites propios manejados por personal venezolano formado en las más altas tecnologías para robustecer las áreas de telecomunicaciones y observación remota. Por si esto fuese poco, la Televisión Digital Abierta –TDA-, otro proyecto que ha recibido recursos Locti, ha llevado contenidos audiovisuales de calidad a millones de compatriotas de forma gratuita, y ya genera divisas para el país, por cuanto la señal de Conciencia Tv ha sido exportada fuera de nuestras fronteras.

Estos son apenas esbozos de los enormes beneficios que la Locti reporta a la Nación, a los investigadores, a los innovadores, al pueblo. Es por ello que el adecaje burgués de la AN se apresura a desmontarla, para poner nuestra ciencia, tecnología e innovación en manos de Fedecámaras, ente que jamás se ha preocupado por otra cosa que no sea medrar parasitariamente de la renta petrolera, y más recientemente organizar y financiar golpes de Estado y guarimbas. El “proyecto” de “reforma” que se cocina en la AN propone minimizar el papel del Estado y del Gobierno como entes rectores de asuntos científicos, tecnológicos e innovativos, para incluir directamente a Fedecámaras en la toma de decisiones, en un paso absolutamente ilegítimo e írrito, por cuanto ningún Estado y ningún gobierno del mundo dejan en manos de un cogollo empresarial decisiones sobre temas de interés público. ¿Qué pueblo votó por Fedecámaras para ello, como sí votó por la Constitución que hoy se intenta vulnerar.

Lo anterior huele a neoliberalismo en estado puro y duro. En consecuencia, la propuesta adeco-burguesa de privatizar la ciencia, la tecnología y la innovación es el primer paso para privatizar luego las universidades y los institutos y laboratorios de investigación. A este corifeo perverso e inconstitucional se suman las corporaciones conocidas como “Academias”, cuya ley de creación data de 1917 (es decir, fue promulgada personalmente por el dictador Juan Vicente Gómez) y que al parecer actúan en pleno siglo XXI como lo hicieron al servicio del Benemérito déspota y autócrata que las creó.

Hoy día, las Academias Nacionales son una prolífica fábrica de comunicados viscerales en contra de cualquier iniciativa del Gobierno Bolivariano, que desconocen monumentales logros para los investigadores como los ya citados (y muchos otros), pero que también apoyan en sus constantes “remitidos” la violencia opositora que se manifiesta en guarimbas y acciones contra bienes públicos. Jamás estos “académicos”, hoy convertidos en corporación anexa a la MUD, han publicado una línea rechazando la estela de muerte, violencia y vejámenes a la ley que el radicalismo opositor ha sembrado en 17 años de Gobierno Bolivariano. Devenidos en actores políticos, los congregados en las directivas de las Academias Nacionales dejaron hace tiempo de ser representantes legítimos del espíritu de conocimiento y progreso de los investigadores y científicos venezolanos.

Hoy corren presurosos tras el botín de los aportes Locti y se autoincluyen junto a Fedecámaras en el “minicombo” de únicos administradores, jueces y partes, que propone la “reforma” a esta ley. El interés público de la ciencia, la tecnología y el conocimiento consagrado en la Constitución Bolivariana, que fue votado por el pueblo en elecciones libres, corre el riesgo de ser secuestrado por el interés privado y especulador de un gremio empresarial que jamás le aportó nada al desarrollo científico y tecnológico nacional, pues, vive hace décadas de importar todo lo que puede; a los que se suman unos “académicos” al servicio ciego de una parcialidad política abiertamente antiPatria. En su “proyecto de reforma” dejan al Estado como “mirón de palo” en cuanto a ciencia, tecnología e innovación se refiere. Así, la “propuesta de reforma” indica que pueden participar de las decisiones sobre una materia de interés público todas las empresas agrupadas en Fedecámaras, la misma de Carmona Estanga, pero en ningún caso las empresas públicas.

La nueva LoctiI que cocina la AN no solo peca de inconstitucional por todo lo anterior, sino que además destaca por otras “perlas” tales como

- Borra de un plumazo los aportes privados al sistema nacional de telecomunicaciones.

- Lleva al plano mercantil los conocimientos ancestrales de los pueblos originarios, en contra de los Artículos 119 y 124 de la CRBV.

- Elimina el principio de “ética para la vida” actualmente consagrado, abriendo el camino para investigaciones que atenten contra la vida, la dignidad y el medio ambiente.

- Reduce a su mínima expresión el monto del aporte que el empresariado debe hacer al Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (se pasa de una base de ingresos brutos anuales de 100.000 Unidades Tributarias a una de 250.000 para ser considerado aportante, es decir, se reduce en casi 200% la disponibilidad para financiar proyectos en el área). En otras palabras, Fedecámaras aspira aportar casi nada, pero aspira igualmente a administrarlo todo.

- Deja como decisión discrecional de las empresas la de entregar el aporte al Estado o trasegarlo a quien consideren que “investiga”, sin criterio técnico ni científico alguno, inaugurando con ello una perversa espiral de mercantilización del conocimiento científico y condenando al investigador o innovador a venderse al mejor postor empresarial.

- Se abroga la potestad de decidir de forma unilateral quién investiga “verdaderamente”, desconociendo desde tal pensamiento único no solo 3.000 años de desarrollo científico e innovador, sino las declaraciones de la Unesco sobre la materia, en las cuales se indica claramente el aporte que a diario todos los sectores hacen a la ciencia y el conocimiento (no solo “empresarios” o “académicos”).

Así pues, sobran razones para hacer un llamado de alerta a la comunidad de científicos, tecnólogos e innovadores de Venezuela ante este pretendido intento de la Asamblea Nacional de desmontar el Estado desde el propio Estado, desconocer al Gobierno y debilitar la letra de nuestra Constitución Bolivariana. La “propuesta” que adelanta un grupo de diputados y diputadas al servicio de la burguesía parasitaria, mismos que se oponen a cualquier reivindicación que el Estado Social de Derecho y de Justicia consigue para el pueblo, contiene de forma absolutamente clara y directa todo el pensamiento neoliberal, mercantilista y privatizador que en el mundo entero se punga por derrotar, y que en el pueblo de Bolívar ha conseguido a un tenaz rival, hoy por hoy referencia y esperanza de los pueblos oprimidos del mundo. Privatizar el conocimiento y sus múltiples formas de producción e intercambio libre y soberano es privatizar la libertad, porque como tantas veces dijo el Comandante Eterno Hugo Chávez: sólo el conocimiento nos hará libres.

Sabemos perfectamente que hay mucho por hacer, por mejorar, por perfeccionar. Nuestra condición de revolucionarios nos impone la constante crítica y autocrítica, en este caso respecto al desempeño del sector científico, tecnológico e innovador. Estamos conscientes, como militantes y sujetos activos de la innovación y la investigación, que Venezuela y el mundo demandan de nosotros la lucha diaria por fortalecer un sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación, unas universidades y unas academias, al servicio del interés público de la Ciencia, al servicio de nuestro engrandecimiento como país y, sobre todo, al servicio de nuestra soberanía, nuestra independencia y nuestra Patria. Hemos dado grandes pasos en ese sentido, y los seguiremos dando al lado del pueblo innovador, del pueblo investigador.

Múltiples indicadores nacionales e internacionales avalan esta afirmación, y no solo el número de “patentes” que se venden al poder trasnacional a precios de miseria, y para cuyo desarrollo se orientan las capacidades nacionales sin que ese poder haga nada por fortalecerlas. Las “patentes” son la única preocupación de las viudas de cuartorrepublicanismo pseudoinvestigador y cientificista, mano de obra felizmente esclava de las trasnacionales privadas de la medicina, los alimentos, la energía y la ciencia en general.

En consecuencia, el Frente Bolivariano de Investigadores, Innovadores y Trabajadores de la Ciencia –Frebin-, hace un llamado a detener la pretensión de “reforma” de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación que de forma inconstitucional, inconsulta y arbitraria, se promueve desde la bancada antiPatria de la AN.

El movimiento se declara en asamblea en todos los Estados del país, y llama al debate, la movilización y la activación en comunidades, universidades, instituciones, empresas y movimientos sociales en contra de esta perversa iniciativa neoliberal, ilegal, inhumana y antibolivariana.

Recordamos al Comandante Eterno de la Revolución Bolivariana, quien en su momento dijo claro y fuerte: “La conciencia es el resultado del conocimiento, por eso hay que estudiar, leer y analizar mucho”.
Frebin se pronuncia ante intento de "reforma" de la Locti
¡QUE NADIE SE EQUIVOQUE! ¡LA CIENCIA, LA TECNOLOGÍA Y LA INNOVACIÓN DE INTERÉS PÚBLICO Y AL SERVICIO DEL PUEBLO, HERRAMIENTAS PARA EL FORTALECIMIENTO DE LA SOBERANÍA Y DE LA INDEPENDENCIA, NUESTRO BIEN MÁS PRECIADO, TIENEN HOMBRES Y MUJERES QUE LAS SABRÁN DEFENDER EN EL TERRENO QUE SEA NECESARIO!

¡HOY MÁS QUE NUNCA, EL FREBIN DICE PRESENTE!

¡INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA! ¡VIVIREMOS Y VENCEREMOS!

En Caracas, a los 10 días del mes de septiembre de 2016.

Fuente: Prensa Mppeuct

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