La misión comenzó con 40 minutos de retraso debido a un problema técnico menor en tierra. “La trayectoria es normal”, anunció la ESA en un tuit.
Con este prototipo, Europa quiere poner a prueba su capacidad de entrada en la atmósfera, una tecnología que todavía no domina, al contrario de estadounidenses y rusos.
Bautizado IXV (por Intermediate eXpérimental Vehicle), el avión espacial, sin alas y no tripulado, mide cinco metros de largo y pesa unas dos toneladas.
Su misión será de unos 100 minutos. El IXV debe separarse del pequeño lanzador europeo Vega 18 minutos después del lanzamiento, a alrededor de 320 km de la Tierra. Está previsto que suba a una altura de 420 km y luego empiece a descender.
Entrará en la atmósfera a una velocidad de 7,5 km por segundo (27.000 km/h). El roce con el aire ralentizará la nave. Su fuselaje aerodinámico le permitirá planear antes del despliegue de un sistema de paracaídas y de su caída en un lugar preciso del Océano Pacífico, lejos de zonas residenciales. Unos globos gigantescos lo mantendrán a flote y un barco irá a buscarlo.
Si la misión transcurre con normalidad, Europa habrá dado “un paso fundamental”, afirma Giorgio Tumino, responsable del programa IXV en la ESA.
Fuente: YVKE