La Universidad Autónoma de Chihuahua ha anunciado la apertura de la primera maestría en Software Libre en México. Se denomina Software Libre a todos los programas que permiten al usuario la libertad de uso, estudio y alteración del código fuente, copiado y distribución de las versiones originales y modificadas
El tema se ha discutido en los últimos días en México, con un foro especializado en el Senado a inicios de julio. De acuerdo con la oferta educativa de la UACH, el egresado de esta carrera podrá gestionar proyectos de Software Libre; innovar mediante el uso de tecnologías abiertas; administrar y mantener sistemas operativos de Software Libre; aplicar sus conocimientos a seguridad informática; y —a mi parecer, de lo más importante— entender los aspectos legales detrás del Software Libre.
El uso de Software Libre cobra especial relevancia en nuestro país en el contexto actual. Por un lado, se trata de un tema de costos y eficiencia. Apenas ayer comentábamos sobre los yerros del programa “Habilidades Digitales para Todos”, el cual repetía varios de los vicios de Enciclomedia. Uno de los más graves era su apuesta por el software privativo, el cual significó un grave problema por su prohibición para adaptarlo a la paquetería educativa.
Otro de los problemas graves es la cantidad descomunal de dinero que se despilfarra en el pago de licencias. Después de una exitosa aplicación del Software Libre en los sitios de Presidencia durante el sexenio de Vicente Fox —paradójico con el fracaso de Enciclomedia— Felipe Calderón regresó al uso de software privativo.
Da gusto ver que una universidad pública se preocupe por el desarrollo del Software Libre. Decía Richard Stallman, fundador del movimiento, que se debía entrar a las escuelas y aprovechar a los niños, porque el uso de software privativo se da casi por herencia. Pero antes de entrar a las aulas, lo cierto es que se necesitan profesores y profesionales preparados en la materia. Ejemplos como el de las escuelas rurales en Oaxaca dan fe del potencial de estas herramientas.
Fuente: Vivir México