12-03-2024 (David Bastardo).- Este 12 de marzo se cumplen 85 años desde el nacimiento de la programadora Jude Milhon, conocida por su nombre de activista, St. Jude. En la comunidad de hackers y programadores de datos abiertos, Milhon era conocida como la “santa patrona del hacking”.

Judith Milhon nació el 12 de marzo de 1939 en Washington, D.C., y se crió en Indiana, en una familia de militares del Cuerpo de Marines. Se casó con Robert Behling en 1961 y tuvo junto a él una hija, Tresca Behling. Atraída por el creciente movimiento contracultural, Milhon se mudó cerca de Antioch College en Yellow Springs, Ohio, y estableció una casa comunitaria con su esposo, su hija pequeña y sus amigos. En 1968 se mudó a San Francisco con su amigo y socio Efrem Lipkin y se divorció de su marido en 1970. En el momento de su muerte en 2003 por cáncer, le sobrevivieron al menos un hijo, Tresca Behling, y un nieto, Emilio Zúñiga, así como su pareja durante más de 40 años, Efrem Lipkin.

 

Su muerte por cáncer el 19 de julio de 2003 provocó una gran consternación en el mundo de la computación y el activismo por los derechos digitales. De acuerdo con algunos portales de información, los allegados a Milhon en muchos casos no conocían ni siquiera su edad exacta, y esto no impidió que cultivara una imagen de activista radical en las redes de hackers.

Sin embargo, St. Jude no era una santa cualquiera.

 

Se le conocía por ser una firme defensora de los placeres del hacking, del sexo geek y del derecho de la mujer a elegir el uso de la tecnología. Pensaba que la vida era demasiado corta como para desperdiciarla

 

preocupándose por lo que otras personas pudieran pensar, y también era conocida por su colorido uso de los recursos idiomáticos.

 

St. Jude participó en muchas causas diferentes. Fue muy activa en el Movimiento de Derechos Civiles de la década de 1960 y ayudó a organizar la marcha de Selma a Montgomery, Alabama. Dedicada a las protestas, Milhon fue encarcelada por allanamiento de morada en Montgomery, Alabama, así como por desobediencia civil en Jackson, Mississippi.

 

El activismo dentro de la comunidad cibernética también era importante para Milhon. Con frecuencia instaba a las mujeres a utilizar Internet y la piratería informática, al tiempo que las animaba a tener "piel dura" frente al acoso. En una época en la que el internet estaba dominado por los hombres, ella era una ferviente defensora de los placeres del hacking, el cibersexo y el derecho de la mujer a la tecnología. Milhon trabajó en Community Memory mientras llamaba la atención sobre el hecho de que no había suficientes mujeres trabajando en el sector tecnológico. Por ello, se manifestó contra esta exclusión y trabajó para lograr que usuarios nuevos e inexpertos experimentaran con Community Memory. Lo hizo escribiendo preguntas abiertas en el sistema sobre los recursos disponibles en la región (como "¿Dónde puedo conseguir un bagel decente en el Área de la Bahía (en particular en Berkeley)?"), lo que atraería a usuarios curiosos a probar el sistema.

 

Cuando el internet estaba poblado principalmente por hombres, ella animaba y ayudaba a otras mujeres a conectarse.

 

"¡Las chicas necesitan módems!" declaró en una entrevista de febrero de 1995 para la revista Wired.

 

Entre las personas que conocieron a St. Jude y que han dado testimonios muy elogiosos de ella, se encuentra el consultor de seguridad informática Robert Ferrell. En el momento de su partida, Ferrell declaró: "Ella ciertamente fue un ícono de la infancia de la generación conectada. No seríamos lo que somos sin ella, y por eso la extrañaremos profundamente". En otras palabras, la brillante carrera de St. Jude catapultó la naciente comunidad de hacktivistas y de usuarios por el software libre.

 

Milhon también creía en aprender a hackear "como un arte marcial, una forma de defenderse de políticos políticamente correctos, leyes excesivamente intrusivas, fanáticos y personas de mente estrecha de todas las tendencias", según un correo electrónico que envió a un periodista en 1999.

 

Y en particular quería presentarles a las mujeres los placeres de la piratería. Su carrera estuvo fundada en un objetivo idealista: empoderar tecnológicamente a las mujeres lo mejor posible.

 

"Puede que las mujeres no seamos buenas en los altercados físicos, pero seguro que sobresalimos en el teclado rápido", escribió Milton en ese correo electrónico de 1995, que fue difundido como un manifiesto del empoderamiento digital femenino. "Deberíamos ver el internet como la escuela de habilidades para la vida a la que muchas de nosotras nunca asistimos, y salir y aprender a conquistar nuestros miedos de no ser lo suficientemente agradables, ni lo suficientemente educadas, ni lo suficientemente fuertes, no ser bonitas, o lo suficientemente inteligentes o lo que sea."

 

Su definición de piratería también estaba fundada en nociones precursoras de libertad informática, entendiendo este fenómeno como "la evasión inteligente de los límites impuestos, ya vengan del gobierno, de tus propias habilidades o de las leyes de la física". Esta definición ha sido ampliamente citada en diversos portales de noticias y artículos de revistas especializadas en las tecnologías de información.

 

Milhon es reconocida por las mujeres con interés por la tecnología, gracias a su guía sobre "sexo no virtual en tiempo real".

 

“Asimismo, Milhon escribió un texto específico para chicas geeks, titulado Hacking the Wetware: The NerdGirl's Pillow Book. Se trata de una guía destinada a convertir a las mujeres en hackers felices desmitificando el funcionamiento tanto del cuerpo como del cerebro.

 

"Mientras te atrae con el sexo, (este libro) te entrena sutilmente para que pienses como una hacker. Piensas, luego pirateas... es una guía para convertirte en ti misma", dijo Milhon en un correo electrónico describiendo el contenido del libro. La versión original de Wetware se publicó en internet a comienzos de 1994. Posteriormente, Milhon la reeditó con un nuevo título: El placer del sexo hacker.

 

"St. Jude me enseñó que no es necesario tener grandes pechos para ser una diosa del sexo. Todo lo que realmente necesitas es un gran cerebro y la actitud correcta", dijo la programadora de Unix, Nadine Ulmer

 

Milhon también fue autora de El manual cyberpunk y Cómo mutar y apoderarse del mundo. Este último libro fue escrito en coautoría con R.U. Sirius, cofundador y ex editor de la revista de cultura tecnológica Mondo 2000, donde Milhon era editora senior.

 

Milhon comenzó a programar en 1967 para los autómatas de la empresa de comida Horn & Hardart en Manhattan, después de leer el libro Enséñate Fortran a ti mismo, un manual autodidacta de programación con el lenguaje Fortran. Fue miembro fundadora de Cypherpunks, un grupo poco organizado de defensores de la privacidad digital (Milhon también acuñó el término Cypherpunk), y fue miembro de Computer Professionals for Social Responsibility, un grupo que describió alegremente como una "comuna de programación izquierdista-revolucionaria".

 

CPSR formó el Proyecto de Memoria Comunitaria en 1973, que es ampliamente considerado el primer sistema informático público en línea.