En el marco de la semana aniversario del Centro Nacional de Tecnologías de Información (CNTI), se realizó este martes 19 de marzo un foro titulado "Tecnología y Sociedad: el Futuro de las Tecnologías de Información", dirigido por Dino Di Rosa, presidente del Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit); Marinella Vargas, directora del Centro de Estudio de Comunicación Social y Tecnologías Libres de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV); y Fernando Giuliani, investigador y psicólogo social de la Universidad Central de Venezuela (UCV), quienes compartieron valiosos conocimientos sobre el papel de las innovaciones tecnológicas en el progreso y bienestar social.
El presidente del CNTI, Carlos Parra, inició la presentación destacando que estas actividades buscan analizar y hacer prospectivas desde un punto de vista tecnológico, social y político.
"Esta semana aniversario nos convoca a atender con debido interés a las tecnologías en esta sociedad tan cambiante y tan permeada por su uso", señaló Parra.
En la primera ponencia ofrecida por Dino Di Rosa, señaló que vivimos en una época donde la búsqueda de desarrollar aún más las tecnologías actuales se ha vuelto vertiginosa. En ese sentido, mencionó algunas palabras que representan el avance en las tecnologías de información, entre ellas: robótica, big data, ciberseguridad y conectividad. Destacó que esta última es la palabra más importante, ya que engloba todos los avances que se están desarrollando para transmitir información en grandes escalas a pesar de la distancia.
Asimismo, habló sobre cómo la evolución de estas tecnologías depende del desarrollo de las tecnologías de telecomunicaciones que las interconectan, utilizando como ejemplo la big data y cómo los gobiernos la utilizan para recopilar datos.
Por otro lado, el presidente del Cendit mostró preocupación por el gran dilema de la impersonalidad que ha surgido con las redes sociales.
"Las tecnologías buscan que salgas lo menos posible de tu casa. ¿Hasta qué punto vamos a cambiar nuestra forma de relacionarnos?", preguntó Di Rosa.
También reflexionó sobre el uso de la inteligencia artificial y las capacidades que estas nuevas necesidades tecnológicas requieren.
Con respecto al futuro, explicó dos escenarios: uno donde la tecnología nos facilita las cosas, hay nuevos empleos y formas de trabajo; donde la tecnología sea útil y servicial; y otro escenario distópico donde la tecnología se vuelve contra el ser humano.
Marinella Vargas, por su parte, hizo un análisis sobre cómo abordar y promover tecnologías libres, soberanas, independientes y liberadoras con una mirada puesta en el futuro.
En este sentido, subrayó que existen dos formas de posicionarse frente al tiempo y la tecnología: la primera es considerar a la tecnología como una herramienta, y su visión de futuro dependerá de cómo la usemos para mejorar nuestras vidas y realidades. La segunda es repensar las tecnologías para construir nuestro futuro.
Además, aseguró que es necesario asumir las tecnologías de manera soberana, afirmando que "desde mi posición, debo construir mi propia soberanía, la cual, además, repercute en el poder que tengo como ciudadano, como ente y como actor político para asumir soberanía, es cuidarme a mí y al otro".
La directora del Centro de Estudio de Comunicación Social y Tecnologías Libres de la UBV, también recordó que asumir la tecnología desde la soberanía y desde la consciencia no ha sido sencillo, "es necesario que todos nos unamos para seguir construyendo los conocimientos y a su vez, las tecnologías del futuro".
Por último, tuvo la palabra el profesor Fernando Giuliani quien señaló que las tecnologías se crean dentro de modelos civilizatorios, y que las que actualmente perfilan y definen nuestro entorno deben ser asumidas como tales, generando un modelo alternativo.
El profesor indicó que “Hay un modelo de ser humano, de sociedad, de salud, de salud mental, de moral, de "desarrollo" y de dudoso progreso, que debemos cuestionar”, dejando claro que la idea teleológica de un progreso inevitable representa muchos desafíos para la liberación tecnológica.
Del mismo modo, manifestó que las nociones positivistas que intentan atomizar al ser humano producen desventajas a largo plazo para el uso adecuado de la tecnología en la sociedad, por lo que no es correcto satanizar a la inteligencia artificial, pero tampoco acogerla sin reservas; lo ideal sería abogar por un método sensible y humanístico respecto a su uso.
