Para Génesis Acosta, quien acaba de aprobar el quinto año de bachillerato en el Liceo Bolivariano Alirio Goitia Araujo, situado en el municipio San Fernando en el estado Apure, la ciencia no sólo se puede hacer desde un laboratorio sino también con las cosas más chiquitas y cotidianas, "con las cosas que vivimos a diario"

Paletas, pitillos, latas y cualquier otro material considerado desecho son parte de los artículos a los que se refiere Génesis que pueden usarse para diseñar prototipos y aparatos para estudiar temas de interés comunitario, incluso más allá, como argumenta esta joven apureña de 14 años de edad.

"Aprendí muchas cosas porque yo era una de las chicas que pensaba que los números eran todo, pero en esta red me di cuenta que aprender ciencia no es solamente estar en un laboratorio", explica en alusión al aprendizaje que obtuvo en la Red Nacional de Ciencia por Encantamiento del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic).

Ella, junto con otras compañeras de Apure, Barinas y Lara, asistió al acto de certificación que lleva adelante el Ivic para reconocer al grupo de jóvenes que se toman su tiempo para aprender sobre el conocimiento científico y luego difundirlo a sus compañeros de manera divertida.

"Esto ha sido una experiencia muy linda porque que el Ivic llegó a San Fernando para dejarnos algo que nos permitiera transmitirlo. Ha sido una experiencia hermosísima. Lo que nosotros hicimos fue pasar a ser escuadras formadoras en municipios de Apure, incluso llegamos a la población de Guayabal, estado Guárico", señala Génesis.

Esta adolescente se une a los más de 900 participantes que este mes serán reconocidos por el Ivic como escuadras multiplicadoras de la ciencia y la tecnología, que luego de meses de formación se encargan de llevar su aprendizaje a cada municipios de los estados Lara, Apure, Barinas, Delta Amacuro, Falcón, Carabobo, Aragua, Miranda, Yaracuy y Mérida.

A este grupo también se suma Laura Rondón de 15 años de edad, estudiante de cuarto año en la Unidad Educativa Alberto Arvelo Torrealba, en Barinas, para quien el logro fundamental de esta red es enseñar a nuevas generaciones.

"Y es muy bonito porque uno siempre pregunta por qué haces eso, por qué pasa aquello y así se encuentran respuestas a cosas interesantes", manifiesta Laura al recordar que antes de esta jornada de aprendizaje no mostraba interés por las ciencias y ahora es excelente alumna en materias como biología, física y química.

Al dejar ver su emoción por el certificado que recibía en las instalaciones del Ivic, ubicado en Altos de Pipe, estado Miranda, Génesis expresó: "durante estos meses aprendí que la ciencia la vemos a diario, sólo que no nos habíamos motivado en despertar ese ser científico que llevamos dentro".

Fuente: AVN